Politizar la economía política
Palabras clave:
Justicia, Economía política, DemocraciaResumen
El presente trabajo revisa tesis centrales de Nancy Fraser, que suscitan la hipótesisde que los proyectos probables de país, de economía y de sociedad para la Argentinaactual tendrán un componente de cultura política de mayor significación que el imperanteen países cercanos. La sospecha es que la razón práctico política recibe unacarga normativa desbordante desde la experiencia y la historia. En este contexto, seindagará la posibilidad de hacer converger la noción fraseriana de justicia social conuna lectura democrática del concepto de lo político en Carl Schmitt. El propósito esvolver sobre la urgencia de una nueva crítica de la economía política.Descargas
Citas
John William Cooke, Perspectivas de una economía nacional (Córdoba: Ediciones La Docta,
, 55-56.
Los fragmentos que se recogen en este artículo fueron proferidos por la autora en ocasión del
Workshop “Para una sociología crítico-pragmatista. La justicia y la política en cuestión” realizado
a lo largo del día 30 de septiembre en el marco de su visita a la Universidad Nacional de San
Martín. La traducción de estos estos fragmentos es de Guadalupe Marando.
Etiènne Balibar, “El socialismo y las categorías políticas de la modernidad”, en AA. VV, El futuro
del socialismo (Buenos Aires: Coediciones Letra Buena/ El Cielo por Asalto, 1991), 37-38.
Etiènne Balibar, “El socialismo y las categorías políticas de la modernidad”, 37-38.
Quedará para un trabajo futuro elaborar las articulaciones entre idea socialista, igualibertad y
ciudadanía democrática. Ver Etiènne Balibar, Ciudadanía (Buenos Aires: Adriana Hidalgo,
.
Balibar afirma que “hoy debemos criticar al discurso económico imperante y tomarlo en serio
como Marx lo hizo con la economía política clásica”. Etiènne Balibar, “La crisis potenció un viejo
fondo de racismo colonial”, entrevista a Manuel Alfieri, diario Tiempo Argentino, 26 de abril de
, Buenos Aires.
Nancy Fraser, “¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? Reflexiones pospolanyianas
sobre la crisis capitalista”, en Coraggio et al., Reinventar la izquierda en el siglo xxi: hacia un
diálogo norte-sur (Buenos Aires: UNGS, 2014), 527.
Nancy Fraser, “Para una sociología crítico-pragmatista. La justicia y la política en cuestión”, Taller
de investigación con Nancy Fraser. SEP-TeSA, Lectura Mundi, UNSAM, Buenos Aires, 30
de septiembre de 2014, Mimeo. En un artículo aparecido en la New Left Review, la autora explicitaba:
“Para entender el capitalismo, por lo tanto, necesitamos relacionar su relato aparente
con estos tres relatos subyacentes. Debemos conectar la perspectiva marxiana con la feminista, la
ecológica y las teóricas políticas (teórica estatal, colonial/poscolonial y transnacional)”. Nancy
Fraser, “Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo”, en New
Left Review 86 (mayo- junio 2014): 69.
Desde Karl Marx, pasando por Max Weber hasta el diagnóstico de Georg Lukács, acumulamos
testimonios sobre los efectos objetivos, subjetivos e intersubjetivos de una universalización
creciente de la forma mercancía y de la lógica de abstracción e instrumentalización que a ella
acompaña.
Algunos de estos efectos se encuentran en Habermas quien –continuando la tradición marxista
de cuño lukacsiana– bajo el concepto de colonización nombra los efectos distorsivos o patológicos
que, sobre el mundo de la vida, acarrearía la extensión de las lógicas de monetarización y burocratización:
psicopatologías (personalidad); anomia (sociedad); pérdida del sentido (cultura).
Jürgen Habermas, Problemas de legitimación del capitalismo tardío (Buenos Aires, Amorrortu,
.
Aun cuando esta “mercadización” de la sociedad no pudiera ser total (Nancy Fraser, “¿Puede la
sociedad transformarse en una commodity? Reflexiones pospolanyianas sobre la crisis capitalista”
en Coraggio et al., Reinventar la izquierda en el siglo xxi: hacia un diálogo norte-sur (Buenos
Aires, UNGS, 2014), 527. Podemos hacer coincidir estas afirmaciones con Habermas cuando
explica de qué modo y por qué no podría nunca reproducirse, ni reducirse, el mundo de la vida
(personalidad/sociedad/cultura) a los lenguajes del dinero y el poder propios del sistema en
sociedades moderna complejizadas. En su teoría de la acción comunicativa advertía: “Lo que
conduce a una racionalización unilateral o a una cosificación de la práctica comunicativa cotidiana
no es la diferenciación de los subsistemas regidos por medios y de sus formas de organización
respecto al mundo de la vida, sino sólo la penetración de las formas de racionalidad económica y
administrativa en ámbitos de acción que, por ser ámbitos de acción especializados en la tradición
cultural, en la integración social y en la educación y necesitar incondicionalmente del entendimiento
como mecanismo de coordinación de las acciones, se resisten a quedar asentados sobre
los medios dinero y poder”. Jürgen Habermas, Teoría de la acción comunicativa (Madrid: Trotta,
, 853.
Wolfgang Streek, “La crisis del capitalismo democrático”, en New Left Review 71 (noviembrediciembre
: 9.
Nancy Fraser, “Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo”, en
New Left Review 86 (mayo- junio 2014): 71.
De este proceso histórico, supo dar cabal cuenta Marx en el Capítulo xxiv “La llamada acumulación
originaria”, en El Capital, (Buenos Aires: Siglo xxi, 2004), pero también lo hizo varios
años antes en sus intervenciones públicas a propósito de los “Los debates sobre la Ley acerca del
Robo de la Leña”. Ver: Karl Marx, Los debates de la dieta renana (Barcelona: Gedisa, 2007).
Nancy Fraser, “Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo”, en
New Left Review 86 (mayo- junio 2014): 69-70.
Wolfgang Streeck decía algo similar en 1989 cuando evocaba una tesis olvidada por la teoría
social de la época: “que el exitoso comportamiento utilitario de auto-interés en entornos de
mercado requiere de la presencia de recursos colectivos, valores comunes y expectativas compartidas
que los individuos actuando de modo racional no pueden comúnmente generar, proteger o
restaurar”. Ello se explica por la índole colectiva y común de aquellas herramientas cuya apropiación
individual es casi imposible y para cuya producción se revelan insuficientes la proliferación
de meros actores capitalistas carentes de motivos válidos para llevarlo a cabo. No advertir esta
dimensión, asegura Steeck, significaría no reparar en el peligro constante de erosión y consumo de la economía capitalista. Ver Wolfgang Streeck, “Skills and the Limits of Neo-Liberalism:
The Enterprise of the Future as a Place of Learning”, en Work, Employment & Society 3, n.o 1
(1989): 89-90.
Bruno Latour y Vincent Antonin Lépinay señalan que uno de los primeros en notar la imposibilidad
de “mercados desarraigados” fue el sociólogo francés Gabriel Tarde. En su trabajo sobre la
antropología económica de Gabriel Tarde, ambos autores encuentran una crítica avant la lettre
del concepto de Polanyi: “La idea, popularizada por Polanyi, de un ‘encastre’ de lo económico
en lo social tenía el gran inconveniente de suponer la existencia previa de la sociedad. Se comprende
entonces que la ganancia teórica no podía ser muy grande: al pasar del economismo a
la sociología económica, sólo se producía un desplazamiento de una estructura ya instalada –la
infraestructura y sus leyes– a otra estructura, también ella instalada: la Sociedad y sus leyes”. A
partir de Tarde, sabemos que es, sobre todo, esto último lo que reclama explicación: la estabilización
de una combinación infinita y heterogénea de creencias y deseos, social e históricamente
producidos. De poco sirve aquí, señalan los autores, oponer Sociedad a Mercado como si de
dos entes ya dados y discontinuos se tratase, de poco sirve, luego, echar mano de metáforas que
los presupongan tales como la de “encastre” acuñada por Polanyi. Ver Bruno Latour y Vincent
Antonin Lépina, La economía, ciencia de los intereses apasionados. Introducción a la antropología
económica de Gabriel Tarde (Buenos Aires: Manantial, 2008), 116-124.
Nancy Fraser, “Para una sociología crítico-pragmatista. La justicia y la política en cuestión”. Taller
de investigación con Nancy Fraser. SEP-TeSA, Lectura Mundi, UNSAM, Buenos Aires, 30
de septiembre de 2014. Mimeo.
Fraser llama la atención sobre el carácter ambivalente de toda medida, esto es, nada garantiza
que una decisión política “proteccionista” tenga efectos de justicia, como tampoco que una “librecambista”
conduzca linealmente a una regresión en términos de justicia social. Varios de los
trabajos aquí compilados ahondan en esta problematización.
Coincidiendo con esta interpretación fraseriana de Polanyi, hemos sostenido en otro trabajo
que en un contexto de globalización las crisis son leídas por el economista “típico” como un
problema funcional. De no contradecirse está lógica explicativa, tendríamos como único camino
posible para resolver la injusticia el que desemboca en la retórica del “ajuste estructural”. En
Eduardo Rojas y Micaela Cuesta, Crítica y crisis en América Latina. Aprender a leer, aprender a
hablar (Buenos Aires: Prometeo, 2014), 8-9 (en prensa).
Nancy Fraser, Escalas de Justicia (Madrid: Herder, 2008), 18-19.
Nancy Fraser, “¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? Reflexiones pospolanyianas
sobre la crisis capitalista”, en Coraggio et al., Reinventar la izquierda en el siglo XXI: hacia un
diálogo norte-sur (Buenos Aires: UNGS, 2014), 529.
Nancy Fraser, “¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? …, 529.
Nancy Fraser, “Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo”, en
New Left Review 86 (mayo- junio 2014): 70.
Ibíd., 74
Nancy Fraser, “¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? …, 537.
Ibíd.
Desde una posición nada ingenua y sin desmerecer su propia militancia feminista, Fraser declara:
“Siempre he asumido que al luchar por la emancipación de las mujeres estaba construyendo
un mundo mejor, más igualitario, justo y libre. Pero, últimamente, ha comenzado a preocuparme
que los ideales originales promovidos por las feministas estén sirviendo para fines muy diferentes.
Me inquieta, en particular, el que nuestra critica al sexismo esté ahora sirviendo de justificación
de nuevas formas de desigualdad y explotación”. Nancy Fraser, “How feminism became
capitalism’s handmaiden - and how to reclaim it”, en The Guardian, 2013, (Traducción de SEPTeSA,
Lectura Mundi).
Nancy Fraser, “Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo”, en
New Left Review 86 (mayo- junio 2014): 76.
Theodor W. Adorno, “Tesis sobre la necesidad”, en Escritos sociológicos i. Obra completa, 8 (Madrid:
Akal, 2004), 365-366.
Norbert Lechner, “¿Qué significa hacer política?”, en ¿Qué significa hacer política? (Lima: DESCO,
, 19/20.
Un ejemplo empírico de esta operación lo encontramos en el Chile actual con motivo del debate
bautizado por la prensa como “caso Penta” y “caso Caval” que trajo a escena los límites entre economía
de negocio y sistema político electoral democrático. Argumentos técnico-económicos
son esgrimidos y percibidos como legítimos en la búsqueda de resolución de un conflicto que
tiene componentes sociales y políticos insoslayables. Algo similar puede observarse en Brasil con
el affaire Petrobras.
José Arico, “América Latina: El destino se llama democracia”, en Entrevistas 1974-1991 (Córdoba:
Universidad Nacional de Córdoba, 1999), 27-28.
Esta reticencia fue explicitada en nuestro trabajo con ella. Ver Nancy Fraser, “Para una sociología
crítico-pragmatista. La justicia y la política en cuestión”. Taller de investigación con Nancy Fraser.
SEP-TeSA, Lectura Mundi, UNSAM, Buenos Aires, 30 de septiembre de 2014. Mimeo.
Jacques Derrida, Espectros de Marx (Madrid: Trotta, 1998), 30.
José Aricó, “Presentación”, en El concepto de lo político, (Buenos Aires: Folios, 1984), 10.
Jorge Dotti, “De Karl a Carl: Schmitt como lector de Marx”, en El desafío de Carl Schmitt (Buenos
Aires: Prometeo, 2011), 175.
Ibíd., 167.
Ibíd., 177.
Una de las mayores virtudes aristotélicas, la phronesis, también es reconocida por Max Weber
cuando afirma que “son tres las cualidades decisivamente importantes para el político: pasión,
sentido de la responsabilidad y mesura. Pasión en el sentido de positividad, de entrega apasionada
a una ‘causa’, al dios o al demonio que la gobierna. No en el sentido de esa actitud inferior
que [se puede] llamar ‘excitación estéril’ […]. La pasión no convierte a un hombre en político si
no está al servicio de una ‘causa’ y no hace de la responsabilidad para con esa causa la estrella que
oriente la acción. Para eso se necesita (y esta es la cualidad psicológica decisiva para el político)
mesura, capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder el recogimiento y la tranquilidad,
es decir, para guardar la distancia con los hombres y las cosas”. Max Weber, “La política
como vocación”, en El político y el científico (Madrid: Alianza, 1967), 133-134.
Nancy Fraser, “Proiritizing Justice as Participatory Parity: A Reply to Kompridis and Forst”,
en Adding Insult to Injury. Nancy Fraser Debates Her Critics (New York: Verso, 2008), 343. La
traducción es nuestra.
Ibíd. No podemos eludir los ecos althusserianos de esta expresión así como también del concepto
de totalidad compleja recurrentes en el trabajo de la autora.
Recordemos que, en Althusser, el concepto de totalidad compleja, como el de sobredeterminación,
están al servicio de una crítica radical a la contradicción simple hegeliana –pero también
marxista mecanicista– que supone un tipo de causalidad expresiva distinta a la causalidad estructural
–también llamada “causa ausente”– por él desarrollada. Como escribimos en otro trabajo:
“Para la dialéctica marxista la contradicción nunca es simple, tampoco es mera acumulación
o complejización de un principio unitario. Para Althusser, esta contradicción se encuentra en
Marx siempre sobredeterminada, nunca se evidencia en estado puro, pues no es en sí “pura”. La
relación entre estructura (instancia económica) y superestructura (instancia jurídico-política e
ideológica) está recíprocamente condicionada: “de una parte, la determinación en última instancia
por el modo de producción (económico); de la otra, la autonomía relativa de las superestructuras
y su eficacia específica” (Althusser, 1965a: 91)”. Cf.: Micaela, Cuesta, “En el campo de batalla:
Louis Althusser y el estructuralismo” en Mauro Vallejo y Fernando Gabriel Rodríguez, comp.:
El estructuralismo en sus márgenes. Ensayos sobre críticos y disidentes. Althusser, Deleuze, Foucault,
Lacan, Ricoeur (Ediciones del signo: Buenos Aires, 2012), 206.
En pocas y esquemáticas palabras es posible afirmar que en ella se concibe al Estado como mediación
racional entre individuos formalmente libres e iguales y garante de una “igualdad de oportunidades”.
Carlo Galli, La mirada de Jano. Ensayos sobre Carl Shmitt (Buenos Aires: FCE, 2011), 23-24.
En palabras de Galli, “la grandeza de Schmitt consiste en haber sido el deconstructor del sistema
jurídico y político del Estado, de haber visto detrás del ordenamiento jurídico el conflicto; detrás
de la unidad la decisión; detrás de la forma, la energía. Pero la deconstrucción schmittiana
no es la foucaultiana”. Con ello, se afirma un límite respecto a la deconstrucción microfísica del
poder estatal (Galli, La Mirada de Jano, 57). Estas afirmaciones, entre otras, son las que Serrano
Gómez encuentra tras los planteos convergentes de Hannah Arendt y Carl Schmitt; ambos
entienden la política más acá de toda Idea/ratio que la dicte. La política no siendo el lugar de
ninguna verdad es, antes bien, arena de conflicto por el sentido y los significados de aquello que
orienta la vida en común. Ver Enrique Serrano Gómez, Consenso y conflicto. Schmitt y Arendt: la
definición de lo político (Colombia: Universidad de Antioquía, 2002).
Galli, La mirada de Jano, 21.
Chantal Mouffe, “Carl Schmitt y la paradoja de la democracia liberal”, en El desafío de Carl
Schmitt (Buenos Aires: Prometeo, 2011).
Fraser expresa así que “la política tal como la hemos concebido históricamente, siempre implica
un marco en el sentido de un cierre, lo cual quiere decir que siempre hay un adentro y un afuera,
y, por ello, que las exclusiones surgen como algo necesario. De manera que no concibo que podamos
ir nunca más allá de todo enmarque, hasta un punto en el que nada quede excluido”. Cf.:
Nancy Fraser, “La política del enmarque: una entrevista con Nancy Fraser” por Kate Nash y
Vikki Bell en Nancy Fraser, Escalas de justicia (Barcelona: Herder, 2008), 261.
Recordemos sucintamente en qué consiste cada uno: (a) la posibilidad de suspender en la deliberación
diferencias de status; (b) la proliferación de públicos competitivos afecta negativamente
la democracia, a ella conviene una esfera pública comprehensiva; (c) la deliberación pública debe
circunscribirse al “bien común”; (d) para un correcto funcionamiento la esfera pública debe
mantener una distinción clara entre sociedad civil y estado. Ver Nancy Fraser, “Reconsiderando
la esfera pública: una contribución a la crítica de la democracia existente”, en Entrepasados. Revista
de Historia 4, n.o 7 (1994).
Decimos relativa porque ella será juzgada diferencialmente según se trate de sociedades estratificadas
o bien de sociedades igualitarias y multiculturales. Ver: Nancy Fraser, “Reconsiderando la
esfera pública: una contribución a la crítica de la democracia existente”.
Fraser reconoce en el artículo recién referido, pero también en otros, así como en distintas
entrevistas, su deuda con “el modelo discursivo” del pensador y militante comunista italiano
Antonio Gramsci, a quien hace dialogar con lecturas de Bourdieu, Foucault, Habermas y Balditin,
prefiriendo este conjunto a la nómina de autores de corte netamente “estructuralista” o
postestructualistas tales como Lacan, Kristeva, Saussure y Derrida. La razón de esta elección
habrá que buscarla en el privilegio de la dimensión histórica, la inquietud por la emancipación y
la política en contextos plurales de interacción, a veces desatendido por los segundos. Ver Nancy
Fraser, “¿Estructuralismo o pragmática? Sobre la teoría del discurso y la política feminista”, en Iustitia Interrupta. Reflexiones críticas desde la posición “postsocialista” (Bogotá: Siglo del Hombre
Ediciones y Universidad de los Andes, 1997), 201-205.
Ernesto Laclau, La razón populista (Buenos Aires: FCE, 2005), 27.
Ver: Nancy Fraser, “La lucha por las necesidades: esbozo de una teoría crítica socialista-feminista
de la cultura política del capitalismo tardío”, en Revista Debate Feminista 3 (1991).
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